Nuestro Padre

Intro:

Bienvenidos al servicio de la Iglesia Pentecol unida, visión hispana, con su servidor, pastor Héctor Carrizales. Esperemos que reciba bendición y fortaleza en su vida a través del glorioso evangelio de Jesucristo. Y ahora, acompáñanos en nuestro servicio ya en proceso.

Pastor Carrizales:

Muy bien, entonces nuestra salvación, su salvación es lo más importante, no lo que va a comer o cómo se va a vestir, pero su salvación, su alma. Que estemos bien con el Señor. Nuestro padre celestial tiene cuidado de cada uno de nosotros, pero también dice la palabra del Señor, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas os serán añadidas. Entonces, el Señor nos dice, busquen primero su salvación, que es lo más importante. Todas las otras cosas se pueden esperar.

Pastor Carrizales:

En Mateo capítulo seis, versículo veinticinco dice, por tantos digo, no os afanéis por vuestras vidas, ¿qué habéis de comer o qué habéis de beber? Ni por vuestro cuerpo, ¿qué habéis de vestir? No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por muchos que se afane, añadir a su estatura un codo?

Pastor Carrizales:

Y por el vestido, ¿por qué os afanéis? Considerad los lirios del campo. Cómo crecen, no trabajan ne hilan. Pero os digo que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros hombres de poca fe?

Pastor Carrizales:

No os afanéis, pues, diciendo, ¿qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas. Pero vuestro padre celestial sabe que tiene necesidad de todas estas cosas. Él sabe que tenemos necesidades, pero eso dice la biblia que él va a suplir todas nuestras necesidades conforme sus riquezas en gloria. O sea, todo lo que nos falta, él lo va a suplir.

Pastor Carrizales:

Pero no te afanes, no te preocupes, no estés afanado diciendo, ¿cómo lo va a hacer el día de mañana? ¿Qué es lo que voy a comer? ¿Qué va a pasar? Dice la Biblia. No, no te preocupes, si el Señor alimenta las aves del cielo, las bestias del campo, te va a alimentar a ti también.

Pastor Carrizales:

Él va a cuidar de ti. ¿Amen? Pero lo más importante es que nosotros, como dice el versículo treinta y tres, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia. Y todas estas cosas os serán añadidas. Él te va a dar estas cosas.

Pastor Carrizales:

Pero lo más importante es tu salvación. Por eso dice la Biblia que buscar tu salvación con temblor y tu amor, tenemos que buscar nuestra salvación. Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana trae sus afanes, basta cada día su propio mal. Nosotros no podemos, hermanos, impedir que pase algo malo, nada de esto. Esas cosas, o sea, no sabemos lo que va a pasar el día de mañana, sea bueno, sea malo, no tenemos nada de control nosotros de esas cosas.

Pastor Carrizales:

Pero sí podemos hacer una cosa. Confiar en el señor. No importa qué es lo que venga. Yo tengo que decir yo confío en el señor. Cuando las cosas se miren terribles, yo voy a confiar en el señor.

Pastor Carrizales:

Cuando las cosas se miran buenas, yo voy a seguir confiando en el señor. No importa cómo esté la situación nosotros cada día, sea lo bueno, sea lo malo, nosotros sea lo bueno, sea lo malo. Nosotros no tenemos por qué estar preocupados o afanados o con temor porque nuestro padre celestial tiene cuidado de cada uno de nosotros. Él es el que nos va a alimentar. Sabe que hay una historia en en la biblia cuando el profeta Elías se fue huyendo por por su vida y estaba en el desierto y dijo el señor que que se fuera a cierto lugar y él lo iba a sostener ahí y dice la isla que venían, hermanos, las aves del cielo y le dejaban comida en el desierto.

Pastor Carrizales:

Ese es el poder de Dios. Cómo el Señor mandó a estas aves para que le dieran de comer. Y el Señor usa cualquier cosa, Él no está limitado. El mar, el viento, animales, el fuego, para él, hermanos, todo está a su disposición. Está que nosotros creamos en él.

Pastor Carrizales:

Esto es algo que tenemos que aprender. Se aprende a confiar en el señor. No nomás decir, ay yo quiero en el señor y puedes decir todo lo que quieras, pero esto se aprende. Yo tengo que, si el Señor lo pudo hacer el día de ayer, lo puede hacer hoy también. Y si hizo esa ese milagro, puede ser este milagro y puede ser milagros más grandes.

Pastor Carrizales:

Ahí es donde nuestra fe está creciendo, estamos confiando más en el Señor. ¿Y sabe por qué? Porque sabemos que él es nuestro Padre celestial. Nuestro Padre celestial va a suplir todas nuestras necesidades y todo lo que tenemos que hacer es clamar a él, pedir. En Mateo capítulo siete es lo que dice, Mateo capítulo siete, versículo siete dice, pedid y se os dará, buscar y hallarás, llamar y se abrirá.

Pastor Carrizales:

Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca haya, y el que llama se le abre. ¿Qué hombre hay de vosotros si su hijo le pide pan? Le dará una piedra y si le pide un pescado le dará una serpiente. Pues si vosotros, siendo malos, saber dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le piden? Es decir, si ustedes, siendo humanos, saben dar buenas cosas a sus hijos.

Pastor Carrizales:

Imagínate lo que puede hacer tu padre celestial. Amén. Cuando su hijo le pide una hamburguesa a usted o una pizza, ¿Le da eso o le da otra cosa? Pues le da lo que le está pidiendo, Ahí está la pizza que querías, ahí está la hamburguesa que querías. No le da algo desagradable, le da lo que le está pidiendo.

Pastor Carrizales:

Así es también nuestro padre celestial. Si usted tiene una necesidad, su padre celestial le va a suplir esa necesidad. Tenemos un padre celestial que cuida de nosotros, de los huérfanos, de las viudas. Él está al tanto de cada uno de nosotros. No nos ha abandonado, no se ha olvidado de nosotros.

Pastor Carrizales:

Sí va a haber luchas y pruebas, pero él va a estar con nosotros cada paso que damos, él va a estar con nosotros. Y se, el señor se ha olvidado de mí, no, el señor no se olvida de nada. A él no se le pasa nada. Él está al tanto de cada uno de nosotros. En Isaías cuarenta y nueve, versículo quince dice así.

Pastor Carrizales:

Se olvidaría la mujer de lo que dio a luz, para dejar de complacerse, comparecerse del hijo de su vientre, aunque se olvidara ella, no me olvidaré de ti. Entonces el Señor está diciendo aquí, ¿se os olvida la mujer de su hijo que acaba de dar luz? Y dice, ah, y aunque se olvidara la mujer, dice el Señor, yo no me olvidaría. Entonces es algo que nosotros tenemos que acordarnos, que el Señor está con nosotros. El salmista dijo en el salmos veintisiete diez, aunque mi padre y mi madre me dejaran con todo, Jehová me recogerá, porque él es nuestro padre celestial.

Pastor Carrizales:

Aunque nosotros los humanos fallamos, él no nos va a fallar. Él tiene cuidado de cada uno de nosotros, y aunque nos equivoquemos, él tiene compasión de nosotros. En Lucas hay una historia muy conocida, Lucas capítulo quince del hijo pródigo, empieza el versículo once de Lucas quince, dice así. Había también un hombre que tenía dos hijos. El menor dijo a su padre, padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.

Pastor Carrizales:

Y le repartió sus bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada y ahí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual lo envió a su ascender para apacentar cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las Aporrabas a Barrujobas que comían los siervos, pero nadie le daba.

Pastor Carrizales:

Y volviendo en sí, dijo, ¿cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre. Me levantaré, iré a mi padre, y le diré, padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como uno de tus jornaleros. Y levantándose vino a su padre y cuando aún estaba lejos lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó. Así es nuestro padre celestial.

Pastor Carrizales:

Este joven se equivocó, quiso, este, vivir a su manera, una vida perdida, dice la Biblia, que fue y le dijo a su padre que le diera la parte que le correspondía de los bienes de su herencia y su padre, pues, le dio y no muchos días después, dice la Biblia, juntándolo todo, o sea, hizo su equipaje y se fue lejos para vivir una vida en pecado. Y cuando malgastó todo, llegó una hambre en aquella provincia, y empezó él a tener necesidad. Y fue y buscó trabajo y le dieron un trabajo apacentando cerdos, dándole de comer a los marranos, en un marrenero. Y estando ahí, pues él se dio cuenta del error que hizo. Tenía hambre, pero nadie le daba de comer.

Pastor Carrizales:

Quería comer de las comidas que estaban comiendo los marranos. Deseaba comer algo delicioso, pero en el lugar que estaba no podía. Y empezó él, cuando estaba ahí en el marranero, a recordar cómo estaba en la casa de papá, que ahí había todo. Sabe que muchas de las veces, lamentablemente, muchos jóvenes es lo que hacen, que quieren tener un buen tiempo y buscan manera para irse de la casa. Y se van de la casa y y viven una vida bien perdida.

Pastor Carrizales:

Y luego todo lo que planearon cómo iba a estar su vida no les fue tocante su plan y se dan cuenta de la error que hicieron. ¿Y todo sabe por qué? Porque no se querían sujetar a las reglas de papá y mamá. Porque en la casa hay reglas, yo no sé en su casa de de usted cuando ustedes crecieron, pero en mi casa cuando yo crecía había reglas. Y si no seguía esas reglas me decían, hijo, pues si no las vas a seguir, ahí está la puerta.

Pastor Carrizales:

Y yo empezaba a pensarle, dije, bueno, dije, pues, ¿me puede ir? Pero, pues, aquí tengo todo, aquí como, aquí me duermo, aquí me hacen la ropa, me hacen de comer. Me levanto tarde. No, está bueno, dije. Aquí me quedo.

Pastor Carrizales:

Porque lo lo pensaba, ¿sabe? Pero muchos no lo piensan así, no se dan cuenta de qué tan bien está la situación de donde están, que lo tienen todo, como este joven que lo tenía todo. Y aún se dio cuenta que cuando él estaba en el marranero, que los sirvientes comían mejor que él. Porque cuando estaba él en la casa, pues, comía lo mejor y los sirvientes, pues, las sobras. Son sirvientes, lo lo que quede, los sirvientes lo comían, y se dio cuenta.

Pastor Carrizales:

Dijo, oye, aún las sobras de de la casa de papá, tan mucho mejor de lo que de lo que aquí me ofrecen. Y dice Leidda, viniendo en sí. O sea, empezó él a pensar, a reaccionar, a decir, ¿sabes qué? Qué error hice, qué equivocación nadie lo levantó, nadie lo animó, sino que dice la Biblia que él mismo empezó a venir en sí. Él empezó a reconocer que en la casa de papá estaba mejor.

Pastor Carrizales:

No importa qué tantas reglas tenía papá. Allá estaba mejor. Y dijo, me levantaré, iré a casa de mi padre. Espérate, pues no que no quieras estar en casa de papá. Ah, pues es, pues es que, ¿sabes qué?

Pastor Carrizales:

Realmente no estaba tan mal. No, no estaba tan mal. No, no estaba tan mal. Oh, ¿Y qué fue lo que hizo que cambiaras de opinión? Porque cuando se le acabó el dinero, se le acabó todo, él pensaba, mientras tenía dinero, pues, podía comer en restaurantes, podía quedarse en hoteles, y andar gastando dinero con los amigos y teniendo buen tiempo.

Pastor Carrizales:

Pero una vez que se acabó ese dinero, una vez que ya no tenía ese dinero, tampoco tuvo amigos. Ontaban los amigos que estaban con él, lo abandonar, pues no tenían, eran amigos de interés, éramos amiguillos que gente que realmente nomás estaba ahí para quitarle el dinero. Ontaban esta gente, es lo que hace el mundo. El mundo te va a abandonar, el mundo te va a traicionar, el mundo no tiene cuidado de nosotros, pero sí tenemos un padre celestial que tiene cuidado de cada uno de nosotros. Y dice la Biblia que cuando este joven vino así y dijo, me levantaré, en el versículo dieciocho de Mark de Lucas quince, iré a mi padre, y le diré, padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

Pastor Carrizales:

Ya no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como uno de tus jornaleros. O sea, acúpame para trabajar para ti. ¿Por qué no dijo, sabes qué padre? Pues ahí tu hijo me tienes que recoger, no. Él se dio cuenta que se había revelado contra su padre, reconoció el error que él hizo y dijo, yo tengo que arreglar esto, yo tengo que arreglar las cuentas con mi padre.

Pastor Carrizales:

Por eso fue y le dijo, yo he pecado, yo me equivoqué, y su padre, dice la Biblia, cuando lo vio que venía de lejos, salió a encontrarlo y cuando lo vio, dice la Biblia, que se se lo abrazó y lo besó. Este es el amor de nuestro padre celestial, hermano. Quizás nos hemos equivocado, quizás hemos fallado, quizás hemos tropezado, Oh, pero si tan solo reconocemos nuestros errores, nos arrepentimos de nuestros pecados y venimos a él, él está con los brazos abiertos esperándonos que regrésenos a él. Porque él es nuestro padre celestial. Él tiene cuidado de nosotros.

Pastor Carrizales:

Él está ahí, hermanos, para cada uno de nosotros. Y dice la palabra del Señor que cuando su padre, este, lo recibió mandó que sacaran el mejor vestido para que lo vistieran y ponerle el anillo en su mano y el calzado en sus pies. ¿Por qué su padre dijo esto? Como llegó, sin zapatos, muy mal vestido, quizás tonso que estaba la ropa que traía, pues, estaba en el marranero, imagínese cómo venía, cómo el mundo lo mandó. Pero su padre le dijo, sacar el mejor vestido y vestirle, y ponedle anillo en su mano, calzado sus pies, y traer el becerro gordo, y matarlo, y comamos, y hagamos fiesta.

Pastor Carrizales:

Su padre estaba contento que su hijo, que se había apartado, ahora había regresado. Y sacaron, hermanos, lo mejor para vestirlo, y trajeron el becerro, el animal para matarlo, y hicieron fiesta. Dice la Biblia, que hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente. Y aquí está la fiesta. Este hijo llegó arrepentido y su padre estaba ahí listo esperándolo para hacer la fiesta.

Pastor Carrizales:

Nuestro padre celestial está esperándonos, hermanos. Cuando usted falle, su padre celestial todavía lo ama. Su padre celestial todavía tiene cuidado usted. Dice, hermano, es que falléis yo, sí, fallaste. Y qué bueno que reconoces que fallaste.

Pastor Carrizales:

Regresa tu padre celestial. Él te está esperando para vestirte de nuevo, para ponerte el mejor calzado, para ponerte el anillo de la familia, para hacer fiesta, porque has reconocido tu error y te has arrepentido, y has venido de nuevo a casa de papá. Esto es algo que, hermanos, la Biblia nos enseña, que nuestro padre celestial nos está esperando a cada uno de nosotros. Él, dice la Iglesia, no quiere que nadie perezca, más que todos vengan a arrepentimiento. Él es nuestro padre celestial.

Pastor Carrizales:

Él tiene cuidado de usted. Y dice la palabra del Señor que empezaron a hacer fiesta, porque este joven que se había ido ahora ha regresado. Su hermano no estaba tan contento porque, pues, le hicieron fiesta, pero su padre le tuvo que explicar, mira, le dijo, mira, tu hermano que estaba muerto, ahora está vivo y ha regresado y por eso les estamos le estoy haciendo fiesta. Estoy contento. Así también nosotros tenemos que estar contentos cuando los hermanos regresan para atrás a la casa del Señor.

Pastor Carrizales:

Tenemos que hacer fiesta, que alegrarnos porque han reconocido. Ahora bien, ¿por qué se fue este joven de la casa? ¿Por qué se van los jóvenes de la casa? Porque quieren vivir a su manera. Para que nadie les diga nada, para que ellos tengan esa libertad de venir y ir y todo eso, pero realmente vale la pena dejar lo mejor por algo pasajero.

Pastor Carrizales:

Este joven se dio cuenta, el hijo proego se dio cuenta que ese nomás de tener un buen tiempo, nomás es fue fue más por un rato. Así es, esto más por un rato. Porque esos los placeres del mundo son nomás temporales. Nos van a durar todo el tiempo y es lo que lamentablemente el enemigo usa para engañar a la juventud o la humanidad con el placer, vas a tener un buen tiempo, vas a tener muchos enemigos y no es cierto hermanos. No hay mejor amigo con nuestro señor Jesús.

Pastor Carrizales:

Y él también es nuestro padre celestial. Que tiene cuidado de cada uno de nosotros. Y por eso la Biblia nos dice, no debemos nosotros de estar afanados o de estar preocupados, qué es lo que vamos a comer, qué es lo que vamos a vestir, porque nuestro Padre celestial va a suplir todo lo que nos falta conforme a sus riquezas en gloria. Él va a suplirnos. Si usted necesita un hogar, el Señor le va a dar un hogar.

Pastor Carrizales:

Si usted necesita trabajo, él le va a dar trabajo. Si usted necesita de comer, él le va a dar de comer. ¿Amén? Así que nosotros tenemos que confiar en lo que dice la palabra de Dios. Pero lo más importante es lo que dice el Señor en Marcos seis treinta y tres.

Pastor Carrizales:

Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas os serán añadidas. Busca primero el reino de los cielos, busca primero al señor, busca tu salvación, busca las cosas de dios primero, pon al señor primero en tu vida. Cuando tú lo pones él primero, tú vas a ser una persona bendecida. No lo dejes al Señor en el olvido, no lo dejes para el último que sea primero en todo, porque así debe de ser. Él debe de ser primero en tu vida, en todo lo que hagamos, Él tiene que ser primero.

Pastor Carrizales:

¿Qué del día de mañana? De nuevo el Señor le dice, no te has afanado por el día de mañana, porque el día de mañana trae sus afanes. O sea que no hay nada que puedes hacer para cambiar lo que va a pasar el día de mañana. Pero hoy tú confía en el señor. Mañana cuando te levantes, la misericordia de Dios van a ser nuevas para ti, porque él nos da misericordias nuevas cada mañana.

Pastor Carrizales:

Bendiciones nuevas cada mañana, que usted se levante, el señor nos da bendiciones nuevas. Qué bendecidos nosotros somos. Y muchas de las veces ni nos damos cuenta qué tan privilegiados estamos hasta que nos falta cierta cosa. Pudo levantarse esta mañana, ¿verdad? Qué bendición.

Pastor Carrizales:

Pudo abrir los ojos, ¿verdad? Qué bonito que puedo ver. Pudo dar unos pasos, ¿verdad? Así. Claro que sí.

Pastor Carrizales:

Y si y y si acaso batalló y que no pudo, pero después ya se calentó el cuerpo y ya, pues sí, porque es es el tiempo, es la edad, pero dele gracias a Dios que todavía lo puede hacer, porque hay otros que no lo pueden hacer. Otros que no pueden levantar sus brazos al cielo y nosotros sí podemos. Otros que no pueden hablar y nosotros podemos hablar. ¿Sabe? Esas cosas tan, muchas veces pequeñas, pero qué importantes.

Pastor Carrizales:

Dar pasos, claro que sí, eso es importante. Y muchas de las veces los miembros que tenemos los vemos como si nada, oh, pero que le falte uno y se va a dar cuenta qué tan duro es. Especialmente este dedito que está aquí. Sin este no voy a poder agarrar nada. Y luego, tan malos que seamos nosotros, le dejamos el dedo gordo.

Pastor Carrizales:

Pero sin este gordito tiene problemas. Dele gracias a Dios por lo que tenemos, porque otros lo desean. Y nuestro padre celestial se ha comprometido a suplir todo lo que nos falta, ¿amén? Todas nuestras necesidades, ahora, necesidades, no necesidades, hay diferencia, No nos vayamos a equivocar. Lo que usted necesita, él se lo va a dar.

Pastor Carrizales:

Si no lo necesita, no se lo va a dar. Así que tengamos eso en mente. Y recuerde lo que dice en Salmos veintisiete diez, aunque mi padre y mi madre me dejaran con todo, Jehová me recogerá. Si nos falla nuestros padres terrenales, nuestro padre celestial no le va a fallar. Él está ahí para ayudarlo.

Pastor Carrizales:

Así es. Él tiene cuidado de cada uno de nosotros, y gracias a Dios por ello. Entonces, el Señor también dijo, miren, si ustedes siendo malos saben dar buenas dádivas, mucho más vuestro padre que tú le pides. Dice la Biblia que antes de que nosotros le pidamos, él ya sabe nuestra necesidad, pero tenemos que pedirle. Así que pide y recibirás, busca y hallarás, llama y se abrirá.

Pastor Carrizales:

Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca halla, y el que llama se le abrirá. Entonces, a nuestro padre celestial, si le

Intro:

Gracias por acompañarnos y lo esperamos en el próximo servicio. Para más información, visítenos en nuestra página web, McAllen punto Church. También le invitamos que nos visite nuestra iglesia que está ubicada en el veinticuatro dieciocho Bowman Avenue, con esquina calle veinticinco, en McAllen, Texas, siete ocho cinco cero uno.

Creadores e invitados

Hector Carrizales
Anfitrión
Hector Carrizales
Pastor de Iglesia Pentecostal Unida
Nuestro Padre
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